La Iglesia católica intenta adaptarse cada vez más a las realidades occidentales del siglo XXI e incluso propone una revisión del Código de Derecho Canónico.
El texto final del informe de 42 páginas aprobado el fin de semana en la XVI Asamblea General del Sínodo ofrece reflexiones y propuestas sobre el diaconado para las mujeres, la aceptación de las familias polígamas, los abusos sexuales cometidos por clérigos y el celibato sacerdotal, entre otros temas.
Según el documento, que recoge el trabajo de la Asamblea celebrada del 4 al 29 de octubre, se pide más «investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado». En este punto hubo más desacuerdo y causó mucha polémica, a pesar de ser aprobado por la mayoría de los votantes, informa la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.Algunos de los participantes en el evento señalaron que la idea de las mujeres diáconos supondría una ruptura con la tradición, mientras que otros insistían en que «restauraría la práctica de la primera Iglesia», incluso en la época del Nuevo Testamento, que menciona a las mujeres diáconos. Además, algunos destacaron que este paso sería «una respuesta pertinente y necesaria a los signos de la modernidad».
El texto también señala que deben abordarse los casos de discriminación laboral y remuneración injusta, incluso en la Iglesia, donde las mujeres son consideradas a menudo «mano de obra barata».
Al mismo tiempo, se discutieron los retos a los que se enfrentan las mujeres en la vida cotidiana, «clamando justicia en una sociedad marcada aún por la violencia sexual, la desigualdad económica y la tendencia a tratarlas como objetos». En ese contexto, se insta a promover el uso del lenguaje inclusivo en los textos litúrgicos y los documentos eclesiásticos.
El informe afirma que la Iglesia católica necesita enfoques pastorales más acogedores, especialmente para las personas que se sienten excluidas, incluidos los católicos pobres, discapacitados y LGBTQ+.Sin embargo, en el documento no se utilizan los términos «LGBTQ+» ni «homosexualidad», sino que se habla en general de «cuestiones de identidad y sexualidad».
«De diferentes maneras, las personas que se sienten marginadas o excluidas de la Iglesia por su situación matrimonial, su identidad o su sexualidad, también piden ser escuchadas y acompañadas. En la Asamblea se percibió un profundo sentimiento de amor, misericordia y compasión por quienes son o se sienten heridos o desatendidos por la Iglesia, que desean un lugar al que llamar ‘hogar’ donde pueden sentirse seguros, ser escuchados y respetados, sin miedo a sentirse juzgados», reza el texto.
En paralelo, se pidió una «exploración teológica y pastoral» del tema de la poligamia y «acompañar a las personas en uniones polígamas que se acercan a la fe». Asimismo, el documento destaca la necesidad de «combatir el racismo y la xenofobia, especialmente a través de la formación pastoral», recoge Vatican News.
Los miembros de la Asamblea también insistieron en que hay que esforzarse más por escuchar a las víctimas de abusos sexuales cometidos del clero.Además, se discutió el tema del celibato sacerdotal, cuyo valor es apreciado por todos como «ricamente profético y un profundo testimonio de Cristo», dice el informe. No obstante, se admite que el obispo no siempre encuentra el apoyo humano y espiritual que necesita, y «la sensación de soledad no es infrecuente».
Entre otros temas, se trató el uso de tecnologías modernas por parte de los creyentes. «Nos corresponde llegar a la cultura actual en todos los espacios en los que las personas buscan sentido y amor, incluidos los espacios en los que entran a través de sus teléfonos móviles», indica el documento. Sin embargo, recuerda que Internet «también puede causar daños y perjuicios, como por ejemplo a través de la intimidación, la desinformación, la explotación sexual y la adicción».