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La elección de María Corina Machado (92.4%), como candidata de la oposición para las elecciones presidenciales de 2024 es un hecho positivo para los mercados internacionales, que han vuelto a mirar hacia Venezuela tras más de 4 años de una práctica paralización, revela un Nota de Coyuntura de la firma consultora Ecoanalítica, elaborado por los economistas Alejandro Grisanti y Jesús Palacios Chacín.

En efecto, luego de la modificación de dos licencias relevantes para eliminar la prohibición de comercio secundario de ciertos bonos soberanos venezolanos y títulos de deuda y acciones de PDVSA, la deuda venezolana vuelve a ganar relevancia y son muchas las llamadas recibidas por Econalítica, por parte de clientes tradicionales de estos mercados, a las que quieren dar respuestas.

Destacan que el anuncio de los acuerdos políticos entre oposición y gobierno la semana pasada, con el respectivo levantamiento de sanciones -donde destaca el levantamiento de la prohibición a tradear bonos- más que duplicó las cotizaciones de la deuda venezolana y de PDVSA. Adicionalmente la realización exitosa de las primarias opositoras, con una participación de más de 2.3 millones de venezolanos y con un resultado drásticamente favorecedor a la nominación de la líder centroderechista, María Corina Machado (92.4%), como candidata de la oposición para las elecciones presidenciales de 2024 es un hecho positivo para los mercados internacionales, que han vuelto a ver a Venezuela tras más de 4 años de una práctica paralización.

María Corina Machado tiene una inhabilitación política de la que nadie conoce sus causas, y que fue objeto de las negociaciones entre Nicolás Maduro, el gobierno americano y la oposición. A nuestro parecer, los términos del acuerdo son un poco ambiguos, y las autoridades sólo se comprometen en diseñar un mecanismo que revise todas las inhabilitaciones que pesan sobre diferentes líderes políticos de la oposición para fines de noviembre. Parece claro, que el camino político de cara a las lecciones del 2024 está lleno de incertidumbres y de posibles cambios. Es difícil establecer escenarios. Lo que sí creemos, como dijo Félix Seijas, presidente de la firma de encuestas Delphos, en nuestro foro de Perspectivas 2024 del 3 octubre es que en Venezuela se abrió de nuevo una ventana de oportunidad: que la oposición pueda lograr ventaja de ella para poder lograr un cambio de régimen está aún por verse.

Explican que el rendimiento de los bonos de la república se disparó en promedio un 110% luego de los acuerdos, pero se moderó luego de las primarias, probablemente por una reducción en alguna medida de las expectativas de avances en los acuerdos de cara al proceso electoral del próximo año. En ese sentido, los bonos de PDVSA se mueven esta semana entre 12 y 13 centavos por dólar -un 70% más que antes del acuerdo-, con excepción del PDVSA20 que se cotiza por encima del 80,0%, mientras los bonos de la República se muestran en el mercado entre 17 y 18 centavos por dólar -un 60% más que antes de la firma del acuerdo-. Es importante destacar que los volúmenes en el mercado se mantienen en cifras muy bajas ya que los principales fondos siguen en pleno proceso de análisis de las licencias para determinar con claridad cuándo puede recibir y operar con los bonos venezolanos.

Advierten que por ahora es difícil predecir en que niveles se puede estabilizar el mercado, dado los problemas de sobrecumplimiento y del tiempo que tiene el mercado sin poder tomar posiciones con estos activos. Sin embargo, basado en nuestros modelos de valoración en caso de una reestructuración de los bonos venezolanos y de PDVSA, en Ecoanalítica esperamos que una vez los grandes actores empiecen a operar los precios de la deuda se ubiquen en un rango de entre 20 y 25 centavos por dólar.

¿Qué viene primero, el huevo o la gallina?

En Ecoanalítica hemos insistido que el default y la muy limitada sostenibilidad fiscal del gobierno de Maduro -genera apenas unos 10 puntos del PIB en ingresos fiscales son las principales limitantes para volver al mercado y no las sanciones. Es decir, para poder regresar al mercado de valores es necesario reestructurar todos los pasivos que tiene la República, y PDVSA. Pero para ello es necesario poder emitir bonos nuevos, por lo que sería necesario nuevas flexibilizaciones de las sanciones que vemos poco probables hasta luego de un proceso electoral con aceptables niveles de competitividad en 2024.

dicionalmente, vemos muy poco probable que el gobierno americano vuelva a imponer una restricción al intercambio de los bonos venezolanos y de PDVSA. En este escenario, esperamos que se deje abierta la posibilidad de tomar posiciones de Venezuela y de PDVSA en lo que queda de este año y todo el 2024, con muy baja probabilidad de tener un proceso de restructuración, el cual en el mejor de los casos sería en el 2025.

¿Cómo considerar los bonos venezolanos que vencen en el 2036 y que están en manos del Banco de Venezuela?

Ahora, en el marco del alivio de sanciones para operar en el mercado secundario, y antes de que sea factible el debate sobre cualquier reestructuración, es relevante recordar la existencia de la emisión privada de bonos soberanos por USD 5.000 millones a finales de 2016 con vencimiento en 2036, y con un cupón de 6,50% realizado en medio de un fuerte incremento de la percepción de riesgo de los mercados financieros internacionales, que habían mantenido a Venezuela sin emitir desde el 2011.

Esta emisión fue comprada en su totalidad por el estatal Banco de Venezuela quien adquirió en ese momento estos títulos a la tasa de cambio protegido (Dipro) de 10 Bs/$ frente a los 3.200 Bs/$ del mercado paralelo, y por ahora se mantienen en el balance de la institución.

Es necesario recordar, que este fuerte diferencial cambiario produjo que el Banco de Venezuela pagara apenas VEB 50.000 millones por estos bonos, lo que al tipo de cambio paralelo representaba tan solo USD 15.6 millones. Esta fue una de las magias que destruyó a Venezuela: ¿Cómo es posible emitir un bono en el cual, a precios de mercado, sólo recibes USD 15.6 millones, pero que te comprometes a pagar USD 325 millones en intereses al año? ¿Por qué en los balances del Banco de Venezuela no se encuentra este pago de intereses? Esas son preguntas que por ahora quedan sin respuestas.

La posibilidad de que estos títulos pudieran ser negociados en el mercado secundario podría funcionar como un mecanismo de financiamiento para el gobierno de Maduro en momentos de muy corta liquidez. Por ahora, lo único que restringe la venta de estos bonos al mercado es que no aparece anunciado en la lista de bonos disponibles para ser operados en el mercado secundario por entidades de los EE.UU. en la Licencia General 312. Sin embargo, al eliminar al Banco de Venezuela como entidad sancionada, se deja la vía libre para que un actor no americano pueda adquirir estos bonos y mantenerlos en principio en su balance. Una operación similar se realizó en 2017, donde uno de los gigantes financieros internacionales le compró a través de un intermediario financiero una emisión privada que había realizado PDVSA y que se encontraba en poder del Banco Central de Venezuela. En un país, donde por muchos años los diferenciales cambiarios han logrado cerrar transacciones, esta entra dentro de lo posible, revela la Nota de Coyuntura de Ecoanalítica.

Fuente : El Impulso 

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