Las autoridades de Indonesia sembraron nubes el miércoles en un intento por evitar nuevas lluvias e inundaciones repentinas tras los aguaceros que azotaron la isla de Sumatra durante el fin de semana y dejaron al menos 67 muertos y otros 20 desaparecidos.
Las lluvias monzónicas y un deslave de lodo y lava fría del monte Marapi hicieron que los ríos se desbordaran. El torrente arrasó localidades de montaña en cuatro distritos de la provincia de Sumatra Occidental poco antes de la medianoche del sábado.
Las crecidas arrastraron a residentes y decenas de viviendas y sumergieron decenas de casas y edificios más, obligando a más de 1.500 familias a huir a albergues temporales habilitados por el gobierno, dijo Abdul Muhari, portavoz de la Agencia Nacional de Manejo de Desastres.
Hasta el miércoles se habían recuperado 67 cadáveres del barro y los ríos, la mayoría en los distritos de Agam y Tanah Datar, los más afectados, mientras que los rescatistas seguían buscando a 20 personas que estarían desaparecidas, apuntó el vocero. Unos 44 residentes resultaron heridos.
El bombardeo de nubes involucra dispersar partículas en las nubes para crear precipitaciones, modificando los patrones naturales del clima.
El director de la Agencia Nacional de Manejo de Desastres Suharyanto señaló que el objetivo de las acciones del miércoles era redirigir las lluvias a otros lugares y mantener las operaciones de rescate libres de precipitaciones que puedan obstaculizar el progreso de las cuadrillas de emergencias.
Suharyanto, quien se identifica con un solo nombre al igual que muchos de los habitantes de Indonesia, señaló que la respuesta de emergencia continuará hasta el 25 de mayo. Las autoridades evalúan las zonas que quedaron inhabitables y qué residentes deberán ser reubicados “de las zonas de riesgo”.
La directora de la Agencia de Meteorología, Climatología y Geofísica, Dwikorita Karnawati, indicó que se esperaban más aguaceros para la provincia de Sumatra Occidental en los próximos días. El peligro de lluvias extremas continuará hasta la próxima semana, añadió.
Según Karnawati, un avión de la Fuerza Aérea disparó el miércoles ráfagas de sal a las nubes para internar que liberen agua y se disipen antes de llegar a las devastadas zonas en la provincia de Sumatra Occidental. Se han alistado unas 15 toneladas de sal para las operaciones de bombardeo de nubes.
Las intensas precipitaciones suelen causar deslaves e inundaciones repentinas en Indonesia, un país con más de 17.000 islas donde millones de personas viven en zonas montañosas o cerca de llanuras aluviales.
El Marapi ha estado activo desde una erupción a finales del año pasado que se cobró la vida de 23 escaladores. Es uno de los más de 120 volcanes activos en un país propenso a la actividad sísmica debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego, un arco de volcanes y fallas que rodean la cuenca del Pacífico.