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CALLAO, Perú (AP) — El pabellón número seis de una cárcel de Perú con 500% de hacinamiento se convirtió el martes en la sede del primer encuentro de un torneo de fútbol de salón, llamado Copa América penitenciaria, una actividad de resocialización que tomó el nombre del próximo campeonato de fútbol continental.

Hasta la prisión del Callao —cuya tasa de hacinamiento es la más alta del país—, ubicada a 11 kilómetros al oeste de Lima, llegaron una treintena de presos, pertenecientes a dos equipos de otras dos cárceles capitalinas. Se bajaron, entusiastas, de un par de buses que tenían ventanas diminutas y enrejadas.

Los reos vestían uniformes de las selecciones de Argentina y Brasil, usaban zapatos deportivos, pero llevaban grilletes en manos y pies y eran custodiados por guardias armados. Estaban listos para enfrentarse en el partido inaugural de la Copa América penitenciaria.

El patio del pabellón número seis olía a pintura fresca, el piso de cemento pulido estaba pintado de verde y en las paredes habían banderas de las 16 naciones que participarán de la verdadera Copa América, así como frases motivadoras, entre ellas, “el éxito no es un accidente, es perseverancia”.

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