Los futuros de Brent subieron a más de 86 dólares por barril, un precio récord desde abril, cuando alcanzó más de 87 dólares por barril. El West Texas Intermediate (WTI) estadounidense también demostró una tendencia positiva, llegando a más de 83 dólares por barril y casi batiendo el máximo de hace cuatro meses.
La subida se explica por la política energética de dos de los mayores productores de crudo del mundo. Así, Rusia anunció la semana pasada que prorrogaría su medida de recorte de las exportaciones de petróleo para septiembre, esta vez en 300.000 barriles diarios.
Mientras tanto, la producción conjunta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) registró su mayor caída en tres años debido a los profundos recortes acometidos por Arabia Saudita para respaldar los precios petrolíferos. En concreto, la producción de la OPEP se redujo en julio en 900.000 barriles diarios hasta situarse en un promedio diario de 27,79 millones de barriles.