El legado de la venezolana Rosa Rodríguez en el lanzamiento de martillo se hizo más grande este domingo 4 de agosto, cuando ingresó por segunda vez en su carrera a una final de los Juegos Olímpicos en esta disciplina.
Tras no clasificar en Tokio 2020, la experimentada atleta de 38 años obtuvo revancha en París 2024, tras registrar 71.76 metros en su tercer intento y finalizar en el puesto 5 del grupo B en la ronda clasificatoria.
El legado de la venezolana Rosa Rodríguez en el lanzamiento de martillo se hizo más grande este domingo 4 de agosto, cuando ingresó por segunda vez en su carrera a una final de los Juegos Olímpicos en esta disciplina.
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Tras no clasificar en Tokio 2020, la experimentada atleta de 38 años obtuvo revancha en París 2024, tras registrar 71.76 metros en su tercer intento y finalizar en el puesto 5 del grupo B en la ronda clasificatoria.
Con dicha puntuación, culminó incluso un puesto por encima de la polaca Anita Wlodarczyk (71.06), quien posee desde 2016 el récord mundial -de 82.98- en este deporte.
Una historia de redención
Tras lograr su segunda mejor marca en unos JJOO, la oriunda de Acarigua, en el estado Portuguesa, ingresó a su segunda final de dicha competición 8 años después de haberlo conseguido por primera vez en Río 2016.
En esa oportunidad, culminó en la décima posición de la ronda final (por medallas) con marca de 69.26, por lo que buscará revancha en esta ocasión.
Por su parte, en Londres 2012 (sus primeros Juegos Olímpicos) no alcanzó a competir por preseas, tras lograr el vigésimo séptimo mejor registro en la fase de clasificación -solo los 12 primeros avanzan-; mientras que en Tokio 2020 se despidió en esa misma instancia ocupando la vigésima segunda marca más alta.
FUENTE: MERIDIANO
