El Gobierno israelí decidió este domingo por unanimidad cerrar la emisión del canal catarí Al Jazeera en Israel, después de que el Parlamento aprobase el mes pasado una ley que permite el cierre de medios extranjeros que considere «una amenaza para la seguridad nacional».
«El Gobierno que dirijo ha decidido de forma unánime: el canal de incitación Al Jaazera se cerrará en Israel», escribió en su cuenta de X el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sin dar más detalles.
En su mensaje, Netanyahu dio las gracias al ministro de Comunicación israelí, Shlomo Karhi, quien impulsó la norma que permite al Gobierno clausurar la emisión nacional de la cadena catarí, una de las principales fuentes de información sobre la guerra en Gaza por la gran cantidad de periodistas que mantiene en el enclave.
Tras la noticia, el Gobierno israelí anunció que la Policía de Israel comenzó a ejecutar la orden de suspensión de la actividad. De esta forma, las autoridades comenzó a entrar en sus oficinas y a incautar material del equipo técnico.
Según Israel, la suspensión del canal se produce tras considerar que sus emisiones son un ataque a la integridad del Estado y un mecanismo de propaganda del movimiento islamista palestino Hamás.
Conseguir información de primera mano sobre lo qué está sucediendo en la Franja de Gaza resulta difícil debido a que Israel impide la entrada de la prensa internacional al devastado enclave palestino, donde murieron más de 33.000 personas.
Al Jazeera es, de hecho, uno de los canales con mayor despliegue y periodistas en la Franja. Desde octubre informaron sobre bombardeos de hospitales, ataques contra edificios residenciales y la muerte de gazatíes no armados, lo que, según expertos, podrían ser considerados crímenes de guerra.
Por su parte, la Asociación de Prensa Extranjera (FPA) de Israel, que representa a los periodistas que cubren el país y a los territorios palestinos para medios extranjeros, calificó la aprobación de la ley de un «intento descarado de silenciar a los medios». Además, la organización alerta que la norma establece un precedente peligroso que podría llevar al cierre de más medios extranjeros.