No existe una norma que obligue a los cardenales a votar en el cónclave según su nacionalidad o región, pero su diversidad geográfica puede influir en las prioridades que llevarán al cónclave del miércoles para elegir al nuevo líder de la Iglesia católica, con 1.400 millones de fieles.
Las preocupaciones de un cardenal que dirige la liturgia en el Vaticano difieren de las del arzobispo de Ulán Bator, Mongolia. Asimismo, un cardenal al frente de una gran archidiócesis europea con numerosos sacerdotes tendrá prioridades distintas a las de un nuncio en la Siria devastada por la guerra o el arzobispo de Managua, cuya iglesia enfrenta hostilidad gubernamental.
Actualmente, 135 cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto, provenientes de 71 países, en el cónclave más diverso de la historia. Dos de ellos, por motivos de salud, no asistirán, dejando 133 electores que ingresarán a la Capilla Sixtina.
Para ser elegido Papa, se requiere una mayoría de dos tercios, es decir, 89 votos si los electores son 133.