La final de la Copa Serbia entre el FK Voivodina y el Estrella Roja estuvo marcada por un episodio impactante que paralizó momentáneamente el fútbol y encendió las alarmas en el estadio Kraljevica. Cuando el cronómetro marcaba el minuto 40 y el equipo de Belgrado ganaba 0-1 gracias a un tanto de Bruno Duarte, un objeto explosivo fue arrojado desde la grada y estalló justo en el área del Estrella Roja, mientras se defendía un córner.
El estruendo dejó a cuatro jugadores tumbados en el césped, visiblemente aturdidos. La reacción del árbitro fue inmediata: detuvo el partido y permitió la entrada urgente de los servicios médicos. Aunque no se registraron lesiones graves, la conmoción por el incidente detuvo el juego durante cinco minutos. Lo preocupante es que no se identificó a ningún responsable entre el público, lo que ha generado fuertes críticas.
En lo deportivo, el Estrella Roja no se dejó distraer por los incidentes. Mantuvo el control del encuentro y, en el tiempo añadido, amplió su ventaja con goles de Milson en el 95’ y Katai en el 102’. El 0-3 final le dio un nuevo título al conjunto de Belgrado, que ya había conquistado la Superliga serbia semanas antes. No obstante, el escándalo en la final deja una mancha preocupante sobre la seguridad en los estadios y la protección a los futbolistas.