Hay un hecho confirmado: Los agentes federales empezaron a detener a inmigrantes que acuden a sus citas de control en el 26 del Federal Plaza, en el Bajo Manhattan, tras finalizar sus audiencias. Una realidad que se puso en relieve, tras el arresto del estudiante venezolano Dylan López, residente de El Bronx. Pero que quitó el velo al hecho que la fase de expulsiones aceleradas también es posible en ciudades santuarios.
¿Estos inmigrantes tienen antecedentes criminales? ¿Enfrentaban una orden de remoción con anterioridad? ¿Habían violado alguna ley?
Lo que las organizaciones de apoyo a inmigrantes y abogados de inmigrantes en todo el país han concluido es que, en la mayoría de los casos, los migrantes detenidos, sólo esperaban un registro judicial rutinario, tras haber recibido un permiso para entrar al país, durante la Administración de Joe Biden.
Es decir, casi todos encajan en el perfil de haberse beneficiado de programas como el Parole Humanitario y el CBP One, en los últimos dos años, esquemas de ingreso que fueron cancelados por la Administración Trump.
Fuentes vinculadas con este proceso, dijeron a El Diario que la Casa Blanca “ha otorgado a los Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) nuevas facultades para detener y deportar a quienes se presenten a dichas audiencias judiciales, siempre y cuando hayan llegado a Estados Unidos en los últimos dos años”.
Una fase de “expulsión acelerada”
Como explican expertos en procesos de migración, normalmente las personas indocumentadas que pasan por el proceso judicial de inmigración, no pueden ser deportadas hasta que un juez emita una orden final de expulsión. Sin embargo, los abogados federales han estado desestimando esos casos, lo que permite a los agentes de ICE intervenir y detenerlos bajo el nuevo proceso de “expulsión acelerada” de Trump.