magina tener en una misma película a dos actores que han interpretado villanos icónicos de Hollywood, que, a veces, son presentados por los nombres de sus personajes porque son su estandarte en la industria y porque el público sólo de pensar en ellos se asusta.
Se trata, en este caso, del británico Anthony Hopkins recordado por el maquiavélico Hannibal Lecter de “El silencio de los inocentes” y el sueco Bill Skarsgård casi irreconocible como Pennywise, el abominable payaso de la saga “It”, quienes son reunidos por David Yarovesky, bajo la producción de Sam Raimi (director de «Spiderman» de 2002) en “Encerrado”, un thriller psicológico basado en “4×4”, una película argentina de 2019 que tiene la misma premisa.
Y la premisa es: ¿Qué pasaría si un ladrón que intenta robar algo dentro de un carro se encuentra con que está atrapado dentro de ese vehículo y no puede volver a salir? Es lo que le ocurre a Eddie Barrish (Skarsgård) quien, en medio de una difícil situación económica, opta por robar para, entre otras cosas, poder ir a buscar a su hija Sara al colegio.
Roba la cartera de un mecánico, compra tickets de lotería y finalmente se topa con la puerta abierta de una lujosa camioneta negra. Entra e intenta robarse unos lentes de sol y cuando va a salir se encuentra con que la puerta tiene un seguro que no puede quitar. A los pocos minutos recibe una llamada que al principio se rehúsa a atender.
Cuando finalmente lo hace escucha la voz de William Larsen (Hopkins), el dueño de la camioneta, que le dice que “sólo quiere hacer justicia”. Así comienza este juego macabro en el que el misterioso interlocutor envía en remoto descargas eléctricas a Eddie, lo somete a altas y bajas temperaturas y comienza una ruta por una vía de la que este ladrón cautivo no sabe si regresará.
En “Encerrado” vemos, o mejor dicho, escuchamos a un Anthony Hopkins haciendo gala del villano que sabe interpretar: ese que no tiene que estar presente para hacer el mal. En esta ocasión, le basta con una llamada telefónica y esa voz que intimida hasta a el más desafiante de los delincuentes. Por su parte, Skarsgård demuestra su versatilidad con una actuación que maneja un rango emocional que va de la desesperación al miedo y finalmente a la vulnerabilidad.
Por la dinámica de su trama (un controlador vía remota y un controlado presente en el lugar de los hechos), “Encerrado” es comparada con éxitos como “Phone Booth”, thriller psicológico de 2002, protagonizado por Colin Pharrell.
Recibió 74% de reseñas positivas en el sitio web Rotten Tomatoes y 66% de reseñas positivas en el mismo portal.