La agresión económica que sufre el país a raíz de la imposición de sanciones unilaterales y medidas coercitivas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), también impacta gravemente contra las finanzas de las empresas energéticas de Europa que operan en ese país suramericano.
La advertencia la hizo este martes la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, durante su intervención en la segunda sesión plenaria de la III Cumbre de jefes y jefas de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), realizada en Bruselas, Bélgica.
«La agresión económica contra Venezuela también ha afectado a muchos de los socios que están sentados acá. En Europa, por ejemplo, las empresas europeas energéticas que tenían proyectos de negocios para la producción de 130.000 barriles día, hoy están en 30.000 barriles día de producción», comentó Rodríguez.
Rodríguez explicó que Petrocaribe se creó como un mecanismo para «aliviar las situaciones financieras y económicas» de los países caribeños, que consistía en destinar 130.000 barriles diarios de petróleo para financiar proyectos y programas sociales en esa región. Sin embargo, tras el decreto de Obama, los recursos que inyectaba el país cayeron a cero.
Otro ejemplo, dijo la alta funcionaria, es Haití, país al que Venezuela facilitó a través de Petrocaribe unos 4.000 millones de dólares durante cuatro años y que, tras el impacto de las sanciones, esa nación volvió a caer en una profunda situación generada por la inestabilidad social, económica y política con lamentables indicadores de pobreza e inseguridad alimentaria y sanitaria.
«Instrumento de desestabilización»
«Cuando nos vamos a la región, afectar a Venezuela también ha impactado en su principal producto de exportación que es la energía y ahí vemos que la agresión económica contra Venezuela se ha convertido en un verdadero instrumento de desestabilización para América Latina y el Caribe», dijo.
Por tal motivo, indicó que las leyes globales son las que pueden proteger a los países de las agresiones de «grandes potencias hegemónicas» como es la política del bloqueo, que se traduce en «una violación directa» a la carta de las Naciones Unidas y al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que en su artículo 1.2 dice que «nunca en ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia».