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El exparlamentario, abogado y defensor de derechos humanos Rafael Narváez ha solicitado públicamente a Nicolás Maduro que considere la liberación de 67 niños y adolescentes detenidos en diversas cárceles del país mediante lo que él considera es una medida de gracia presidencial.

Narváez considera que la liberación de estos jóvenes, algunos de los cuales tienen entre 14 y 17 años, sería una forma de «reparar el daño causado por un sistema de justicia injusto» y ofrecerles una oportunidad para sanar las heridas de la violencia institucional que han sufrido.

En su declaración, Narváez hizo un llamado urgente al líder del oficialismo para que evalúe con «sentido humanitario» la solicitud presentada por las madres de los detenidos. Estas mujeres, según testimonios recogidos por el defensor, han denunciado que sus hijos han sido víctimas de abusos graves durante su tiempo en prisión, incluidos tratos crueles e inhumanos, torturas con descargas eléctricas y condiciones de reclusión infrahumanas. Además, se habría reportado que la mayoría de los procesos judiciales en contra de los detenidos fueron realizados de manera virtual, sin las garantías mínimas del debido proceso, con jueces desconocidos y la imposición de cargos como «terrorismo» sin fundamentos claros.

Narváez subrayó que, de acuerdo con el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es fundamental que el sistema de justicia se administre sin parcialidades políticas y respetando los derechos fundamentales de los individuos. «No es justo administrar justicia con parcialidad política aniquilando el debido proceso. Los jóvenes no deben ser objeto de venganza política ni de represión, sino de un proceso judicial transparente y justo», afirmó.

El abogado defensor también destacó que la medida de gracia presidencial sería un paso hacia la reconciliación nacional, sugiriendo que el presidente Maduro tiene la potestad constitucional para otorgar la libertad a los detenidos. «Ante el inmenso dolor de las madres, debe prevalecer la clemencia, la piedad y el perdón», señaló Narváez. “Liberarlos no solo sería un acto de justicia, sino también de humanidad”, añadió.

Narváez concluyó que, de concederse esta medida de gracia, no solo se estaría reparando un daño a los jóvenes y sus familias, sino que se estaría dando un paso hacia la paz y la reconciliación política en un contexto social marcado por la división y el enfrentamiento.

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