En una llamada con la prensa el encargado de América Latina para el Departamento de Estado, Brian Nichols, indicó el miércoles que la visita se da en un momento en el que Washington quiere apuntalar el desarrollo en materia de seguridad con «progreso político» que desemboque en la celebración de elecciones.
Nichols recordó que pese a que el número de efectivos de la MMS es inferior al previsto (2.500), la situación está mejor que a principios de año, cuando las bandas armadas llegaron a controlar la mayor parte de Puerto Príncipe, el aeropuerto internacional fue cerrado y el entonces primer ministro, Ariel Henry, no pudo regresar al país.
«Hemos avanzado mucho desde esos días oscuros. Ahora tenemos una operación conjunta entre la MSS y la Policía Nacional de Haití. (…) Estamos luchando contra las bandas y sus líderes en una manera que no se había visto en años. Ahora la fuerza multinacional y la policía han recibido vehículos blindados», aseguró.
El alto funcionario reconoció que la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad carece de estabilidad, sobre todo debido a que las aportaciones de la comunidad internacional son «voluntarias», y reconoció que operar bajo el paraguas de una misión de paz de Naciones Unidas sería más efectivo.
Al respecto dijo que Estados Unidos está considerando con sus socios la creación de una operación de paz de la ONU para Haití para luchar contra las pandillas.
Después de su paso por Haití, el jefe de la diplomacia estadounidense visitará República Dominicana el viernes y se reunirá con el recién reelecto presidente Luis Abinader, con quien tratará asuntos relativos a la seguridad en Haití y hablará sobre la necesidad de normalizar la relaciones entre Santo Domingo y Puerto Príncipe.
«Desde luego esperamos ver unas relaciones más normales entre la República Dominicana y Haití. Estos países están naturalmente vinculados y será algo que tendremos en las conversaciones con sus líderes a ambos lados de la frontera», indicó Nichols.
Según datos de la ONU, casi 580.000 personas han sido desplazadas internamente por el conflicto en Haití y cerca de cinco millones enfrentan hambre severa.
Al menos 1.554 personas murieron a causa de la violencia en el primer trimestre de 2024, según un informe publicado por la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.