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Para Henrique Capriles solo hay dos factores que pueden evitar un triunfo de Edmundo González en las elecciones presidenciales del 28 de julio próximo: que el electorado por alguna razón decida no ir a votar para concretar lo que todas las encuestas que ha visto le confirman, o que Nicolás Maduro avance en un escenario de autogolpe para evitar que la voluntad popular se concrete.

«No caigo en triunfalismo. Hay que votar y en cambote. Si hay esa participación masiva, claro que la victoria sería para Edmundo González. Pero hay que salir a votar. Este gobierno hará de todo para evitarlo», dice a TalCual horas antes del comienzo de la campaña presidencial formal.

El exgobernador de Miranda cree que el país quiere votar. «Hasta ahora no me he encontrado la primera persona que diga que no va a participar. El gobierno confiscó tarjetas de partidos, puso este picharaco de candidatos, probablemente la tarjeta de AD por ser un partido histórico sea usada para confundir, pero el adeco está clarito que debe buscar tres tarjetas: MUD, UNT y MPV. ¿El gobierno se va a tirar una de último minuto? Hasta ahora nada de lo que ha hecho ha afectado la participación electoral. Mas bien se consolida y crece. Yo creo que van a votar 13 millones de venezolanos, quizá más».

Sobre las nuevas conversaciones entre Miraflores y Washington, asume que tendrán más que ver con asuntos económicos, petroleros y migratorios. En lo político, observa más una puesta en escena. «Todo lo que diga Maduro es buscando cómo ganar reconocimiento, tratar de ver si sube su base de apoyo, hacernos creer que él representa la recuperación del país, de las relaciones internacionales. El problema es que hay un quiebre entre él y los venezolanos».

Capriles, no obstante, alerta de que el sector oficial tratará de complicar la expresión electoral. «Al gobierno no le dan las cuentas, haga lo que haga. Ahora viene la etapa de sacar los testigos, utilizar los centros de una mesa para ponerle un embudo a la participación aprovechándose de que gran parte de los electores son personas mayores, pero el país quiere votar. Maduro no podrá esconder esos votos. Incluso se pueden inventar esto de la tarjeta (anular la de la Unidad), pero la gente se va a mover a las otras que están con Edmundo. Si el barco ha llegado hasta acá, pareciera que la apuesta es que haya una elección con toda la desigualdad del proceso, el ventajismo, el uso de fondos públicos, el abuso en los medios de comunicación».

-¿Un gobierno autoritario amenazado puede ser más peligroso, más violento en sus acciones?

-Entonces sería la secuencia de un autogolpe. ¿Van a desconocer los resultados? ¿A qué costo para el país, para la FAN, para los venezolanos? Yo creo que la gran apuesta de todos, quizá de la cúpula no porque se enfermó en el poder, es el voto. Soy optimista y le apuesto al voto, que la gente decida.

-¿Detecta esa institucionalidad en la Fuerza Armada Nacional?

-Hay unas declaraciones de la cúpula militar en sintonía con la campaña de Maduro, pero eso es hasta que haya un resultado. ¿De qué lado te vas a poner, del lado de la mayoría de los venezolanos o del lado de Maduro? Yo apostaría a que se pongan del lado del pueblo venezolano. ¿Quién no está afectado por la gestión de Maduro? Lo que pasa es que hay una puesta en escena. Ese comando de campaña son los mismos de siempre, los que llevan 25 años ahí, que están llenos de privilegios.

La rectora Aimé Nogal admitió que el TSJ pudiera anular la tarjeta MUD. El rector Juan Carlos Delpino ha dicho que Elvis Amoroso toma decisiones unilaterales. ¿Cómo evalúa a este Consejo Nacional Electoral (CNE)?

-Delpino y Aimé son rectores de oposición. Yo me imagino que ellos están en una permanente resistencia, amenazados. No debe ser nada fácil estar ahí en este momento. Elvis Amoroso es del círculo más íntimo de Nicolás Maduro. Probablemente este es el peor presidente del CNE que ha tenido en su historia, el más arbitrario, el más militante, el más dispuesto, por lo visto, a todo para tratar de que Maduro se mantenga en el poder. El problema que tiene Elvis es que al final hay que contar los votos. No hay manera de que hagas fraude sin que la oposición se entere. Ese es el problema que tiene Elvis. Ahora, ¿va a desconocer lo que decidan los venezolanos? ¿Se la va a jugar a ese nivel? ¿Qué haría la precaria institucionalidad del país? Si hay un nocaut tienes que reconocer que perdiste. Yo creo que no van a tener otra que reconocer. Todo lo que han hecho para promover la abstención no ha bajado la intención de voto ni en 1%. Al contrario, va creciendo.

-El oficialismo dice «Capriles no reconoció en 2013, Falcón no reconoció en 2018, harán lo mismo en 2024».

-Ese es el disco rayado. Igual dijeron en 2015 y quienes no reconocieron que ganamos las dos terceras partes (del parlamento) fueron ellos, que de inmediato comenzaron el desmantelamiento de la Asamblea Nacional. Reconocer un resultado no significa aceptar que ganó un candidato sino respetar la Constitución, las competencias y las funciones. Mañana sale Maduro y dice que ganó Edmundo González y empieza a desmantelar el Ejecutivo, se inventa quitarle competencias a la presidencia, le pasan el manejo de fondos públicos a la Asamblea Nacional; esos son ellos. El tema es que el libreto no lo compra nadie, pero ellos intentan apabullar. Ese disco rayado lo va a derrotar cada venezolano con su voto. La opinión de los venezolanos no va a cambiar por lo que haga Maduro de aquí al 28 de julio.

-¿Qué ha encontrado en sus visitas de campaña en Miranda?

-Un deseo de cambio absoluto y unas ganas de votar en la gente. La gente no está activamente como antes, que tú veías como eran las campañas. No hay material publicitario, no hay pendones, no hay franelas, o sea, puras cositas por ahí muy simbólicas, pero todos esperando el 28 de julio. Este pueblo está pacientemente esperando el 28 de julio. Maduro trata de recorrer en 20 días tres vueltas al país, lo que no hizo en 11 años. Yo lo que noto es un pueblo pacientemente esperando el día de la elección.

-¿Y además de la espera, hay organización para logística y defensa del voto?

-Ese es el trabajo de los partidos. Hace falta triplicar el esfuerzo, hacer una auditoría permanente de esas estructuras. Aquí no hay que delegar. Que cada líder ponga su esfuerzo. Mientras más contralores haya para verificar los testigos es mejor para todos.

-¿Cree que se alcanzará la meta de 100% de testigos que antes no se ha podido lograr?

-Tiene que alcanzarse. En el año 2013 hubo centros donde a punta de pistolas sacaron testigos ¿Dónde estaba el Plan República?

-¿Cómo evitar que algo así pase en 2024?

-Esa fuerza que tenía el PSUV para hacer eso ya no la tiene. El rechazo viene desde su propia gente. Esta es otra realidad, esta no es la Venezuela de hace 11 años atrás o más. Es otro país, desde todo punto de vista.

-En sus recorridos ha criticado las rencillas internas en las estructuras más locales de la oposición. ¿Cómo se ha atendido eso?

-Yo creo que eso ha bajado bastante. A todas las actividades que yo he ido han asistido todos los factores. Al principio uno llegaba a comandos de campaña municipales y encontraba esas quejas de exclusión, de gente pensando en ser alcalde más adelante. Olvídense de eso, aquí nos estamos jugando es el país. Eso se ha ido superando, siempre con las dificultades lógicas de lidiar con las aspiraciones y además porque en la oposición debe haber democracia, a pesar de que pueda haber por ahí alguna vocación autoritaria particular. La oposición debe ser inclusiva.

-¿Las dificultades internas de Primero Justicia también se han superado?

-Yo creo que eso es algo para después del 28 de julio. Hay unas diferencias internas claras y perceptibles aguas afueras, pero es una tarea para ocuparse después del 28 de julio.

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