El primer cuarto se dio con gran énfasis en ambos equipos en el plano ofensivo, con los dueños de casa siempre en la delantera aunque sin poder despejarse hasta los últimos minutos, donde aprovecharon los descansos de Luka Doncic y Kyrie Irving para sacar una ventaja importante que les permitió recibir la chicharra al frente 28-18 en el marcador. La distancia en el marcador se acentuó en el segundo cuarto con actuaciones estelares de Jayson Tatum y Jrue Holiday, a la que Payton Pritchard coronó sobre un triple desde la mitad del parqué para vencer al reloj y mandar el partido al descanso 67-46.
La segunda mitad trajo consigo una paridad más similar a la que se vio en los primeros minutos del primer cuarto pero la ventaja de dos puntos de Dallas en ese tercer cuarto poco cambió el panorama al entrar al último periodo con una cómoda ventaja 86-67 de los Celtics.
Tatum se encargó casi totalmente de en el último periodo tomar las riendas del equipo, una cuenta pendiente para él en toda serie, y terminó 31 puntos en ruta lo que sería triunfo 106-88 para que los Celtics logren gritar campeón frente a su gente y colgar el 18avo banderín de campeón en su estadio. Con esta «barrida de caballero», ahora el registro histórico de la NBA marca que las 157 veces que un equipo se colocó 3-0 en los playoffs terminó ganando la serie. El trofeo Bill Russell al jugador más valioso de las Finales fue para Jaylen Brown, quien la figura más consistente a lo largo de toda la serie en una definición donde el resto de sus compañeros (y estrellas) tuvieron altibajos.