Washington.- El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó este martes que está orgulloso de su hijo Hunter y que aceptará la sentencia que reciba tras haber sido declarado culpable de los tres cargos que afrontaba por compra y posesión ilegal de un arma.
“Soy presidente, pero también padre. Jill y yo queremos a nuestro hijo y estamos muy orgullosos del hombre que es hoy. (…) Nada cambiará eso”, dijo en una declaración escrita difundida por la Casa Blanca.
Un jurado en Delaware declaró hoy culpable a Hunter por tres delitos relacionados con posesión de armas, al ocultar en la compra su adición a las drogas. Los cargos, todos a nivel federal, acarrean una pena máxima de 25 años de prisión.
El juicio, en el que Hunter no ha declarado, comenzó la semana pasada y es el primero que afronta en Estados Unidos el hijo de un mandatario en activo.
Joe Biden emitió entonces un primer comunicado en el que le mostraba su apoyo y en una entrevista el pasado jueves con la cadena ABC News descartó ejercer su poder de indultarlo.
En su comunicado de este martes, se pronunció de nuevo en esa línea: “Aceptaré el resultado de este caso y seguiré respetando el proceso judicial mientras Hunter contempla una apelación. Jill y yo siempre hemos estado ahí para Hunter y el resto de nuestra familia con nuestro amor y apoyo”, dijo.
Hunter Biden es hijo de la primera esposa del presidente, la fallecida Neilia Biden, y estaba acusado de mentir en octubre de 2018 cuando no reconoció que consumía drogas en un formulario para comprar un revólver Colt Cobra de calibre 38, que luego guardó durante 11 días.
“Muchas familias que han tenido seres queridos luchando contra la adicción entienden el sentimiento de orgullo al ver a alguien a quien amas salir del otro lado y ser tan fuerte y resiliente en la recuperación”, añadió el presidente en su nota.
El caso podría afectar a la campaña de Joe Biden en las presidenciales del 5 de noviembre, ya que los republicanos, especialmente el expresidente y precandidato Donald Trump (2017-2021), lo utilizan con frecuencia como arma arrojadiza en su contra.
FUENTE: EL UNIVERSAL