«El papa Francisco es muy fuerte afortunadamente y ya ha firmado todos los compromisos del calendario que le presenté hace meses, incluso en los últimos días lo llevé a una parroquia de la periferia de Roma y no quería irse», dijo Fisichella en un encuentro en la sede de la prensa extranjera sobre la salud del papa ante el intenso Año Santo.
Adelantó que el pontífice «ha firmado el calendario y además de las audiencias de los miércoles tendrá también audiencias los sábados, extraordinarias». «Él está preparado», aseguró.
Sobre la seguridad durante todo el Jubileo, el responsable vaticano respondió: «Todos estamos preocupados, la Santa Sede e Italia, pero debo confesar que Roma es una ciudad segura, aunque esto no significa bajar la guardia».
Explicó que aunque «no hay eventos específicos para la promoción de la paz» se ha pensado en un «Jubileo de los gobernantes, al que asistirán varios jefes de Estado o de Gobierno» y «que podría ser una gran oportunidad» para convertirse «en un momento de confrontación sobre la paz».
La cita con los Gobernadores será entre el 20 y el 22 de junio de 2025, aunque los diversos programas preparados para la celebración del Año Santo se someterán a la aprobación del papa el próximo 6 de junio.
Sobre las previsiones de peregrinos que visitarán Roma en el Año Santo, Fisichella calculó que llegarán 32 millones de personas y precisó que los datos son fruto de un estudio de la facultad de sociología de Roma Tre, que se basa en diversos análisis.
Preguntado también sobre qué pasaría con el Jubileo si el papa renunciara, el prelado señaló: «Yo no soy canonista, sino teólogo pero el Jubileo cesaría» con una renuncia, «como todas las actividades, porque los jefes de dicasterio, nosotros, cesamos en nuestro cargo una vez que el papa pone fecha a la renuncia».
Según la bula papal titulada «Spes non confundit» (la esperanza no defrauda) con la que se anunció el que será el primer Jubileo ordinario, el que se celebra cada 25 años, de Jorge Bergoglio, comenzará con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro el próximo 24 de diciembre y se clausurará el 6 de enero de 2026.