La denominada «marcha de la Generación Z» en la Ciudad de México, que inició como una manifestación para exigir seguridad y mayores oportunidades tras el asesinato del alcalde de Uruapan, culminó en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en el Zócalo.
El Gobierno de la capital informó que en la movilización participaron alrededor de 17.000 personas, de las cuales un contingente de aproximadamente 1.000 asistentes encapuchados irrumpió en la zona protegida del Palacio Nacional. Los manifestantes lograron derribar vallas y se enfrentaron a la Policía con golpes y el lanzamiento de artefactos explosivos.
Como resultado de los disturbios, el secretario de Seguridad de la Ciudad de México, Pablo Vázquez, reportó que 100 policías resultaron heridos. Además, 20 manifestantes sufrieron heridas menores y recibieron atención. La jornada de violencia terminó con 20 personas detenidas por actos violentos y otras 20 procesadas por faltas administrativas.
La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó el uso de la violencia, haciendo un llamado a manifestarse «siempre por la vía pacífica». Por su parte, la Secretaría de Gobernación condenó las acciones violentas y cualquier provocación.
El movimiento, que utiliza símbolos del anime One Piece, ha generado controversia política debido a las dudas de la Presidencia sobre su origen. El Gobierno ha cuestionado su autenticidad, alegando que la convocatoria fue impulsada por una campaña digital «inorgánica pagada» y orquestada por opositores locales y organizaciones de la derecha internacional mediante el uso de hasta ocho millones de bots. Acciones similares bajo el mismo emblema se han registrado en otros países como Nepal, Madagascar e Indonesia.
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