El gobierno francés presentó este miércoles su plan de ‘ayuda a morir’, una promesa electoral del presidente Emmanuel Macron que permitirá el suicidio asistido bajo estrictas condiciones. «No es ni un nuevo derecho ni una libertad», sino «una respuesta ética a la necesidad de acompañar a los enfermos», aseguró la ministra de Sanidad, Catherine Vautrin.
Ante el riesgo de reavivar fuertes divisiones éticas y religiosas, el gobierno evita hablar de eutanasia o suicidio asistido y prefiere evocar un «modelo francés» de «ayuda a morir». Sin embargo, el objetivo es ofrecer la posibilidad a determinados pacientes de suicidarse y, cuando son incapaces de llevar a cabo el acto fatal, ayudarlos a hacerlo.
El proyecto contempla la posibilidad de administrar una sustancia letal a los adultos que lo soliciten, si corren el riesgo de morir a corto o medio plazo por una enfermedad «incurable» y que provoca dolores que no se pueden tratar.