La casa real británica ha hecho público este lunes 30 de junio su estado financiero y las cuentas previstas para el ejercicio 2025-2026. El informe refleja que los Windsor recibirán una subvención de 132 millones de libras (unos 150 millones de euros al cambio actual), frente a los 86,3 millones (unos 100 millones de euros) de este último curso. Estos pagos financian las actividades oficiales de la familia real británica y el mantenimiento de sus palacios, y se modifica dependiendo de los beneficios que obtiene la institución —en el ejercicio 2023-2024 se alcanzaron cifras récord de 1.290 millones de euros por la explotación del patrimonio real, conocido como Crown Estate—. Pero lo que parecía ser una gran noticia para la casa real británica también ha llegado con otra inesperada: el rey Carlos III ha decidido poner fin al servicio del tren real por su elevado coste.
El palacio de Buckingham ha anunciado que desmantelará este medio de transporte histórico en 2027. Todo ello después de que en 2024 se gastasen casi 90.000 euros en dos únicos viajes. Por poner en contexto del elevado precio que supone su utilización, una visita de nueve días de los duques de Edimburgo a Nepal, en febrero de 2025, supuso un coste de unos 30.000 euros, según revela The Times. Se estima que el desmantelamiento del tren, que requiere trabajos de mantenimiento periódicos y especializados, ahorrará a la casa real más de un millón de libras al año.
James Chalmers, nuevo guardián del tesoro privado que asumió el papel este año, ha hablado públicamente de esta decisión: “El tren real ha formado parte de la vida nacional durante muchas décadas, ha sido querido y cuidado por todos. Pero al avanzar no debemos limitarnos al pasado. Así como muchas áreas de la labor de la casa real se han modernizado y adaptado para reflejar el mundo actual, también ha llegado el momento de despedirnos con cariño”. El proceso comenzará el próximo año y se espera que “antes de que deje de operar definitivamente” pueda realizar “nuevas visitas por el Reino Unido”. Además, ya han comenzado las conversaciones para encontrar un lugar permanente donde estos históricos nueve vagones puedan exhibirse al público. Los más recientes fueron modernizados y restaurados en la década de los ochenta. 40 años más tarde, el monarca, con el apoyo del príncipe Guillermo, ha decidido que es el momento de decir adiós y retirarlos del servicio de manera definitiva.
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