Es como si viéramos flores en el mar». Elvis Morillo, un pescador de 59 años de edad, intenta describir un inusual enjambre de medusas que ha sobrepoblado las costas de Venezuela este año y ha afectado la pesca en medio del cambio climático.
Cientos de aguasvivas, cuyos colores varían entre marrón, amarillo, azul o púrpura, flotan entre las aguas turquesa de Aragua, recreando una escena surreal. Prácticamente están en todo el litoral venezolano con reportes en otros estados como La Guaira, Carabobo, Falcón y Zulia.
«Esto no había pasado nunca, primero vino una medusa que es transparente y estuvo hasta enero (medusa domo), y ahora nos agarró esta que es más pequeña, pero es demasiada cantidad», relata a la AFP Morillo desde el muelle de Chuao, Aragua, donde hay unos 500 pescadores.
La medusa bola de cañón (Stomolophus meleagris), que comúnmente se observa en Venezuela entre enero y mayo, presenta tales volúmenes que las redes pesqueras salen repletas de estas criaturas con forma esférica.
Esta especie no representa un peligro para los humanos, pero puede ser ligeramente tóxica al contacto con la piel, por lo que se recomienda evitar manipularlas.
Con las medusas «han desaparecido especies como las sardinas y otras que sirven de carnada para la actividad pesquera, la pesca tiene su mayor declive en los últimos años», comenta Gustavo Carrasquel, de la ONG Azul Ambientalistas, habitante de Choroní, población vecina de Chuao.
El ministerio de Ecosocialismo (Medio Ambiente) indica que si bien se desconoce la causa, este «brote» puede estar influenciado por variaciones en las temperaturas del mar, además del descenso de depredadores como tiburones y tortugas marinas.
También por un «incremento en la disponibilidad de alimentos (para estas especies) debido al aporte de aguas industriales y domésticas no tratadas, o hidrocarburos», señala el ente en su cuenta oficial de Instagram.
FUENTE: EL NACIONAL