70% NO CONFÍA en que un eventual gobierno de la oposición pueda resolver los actuales problemas económicos del país, mientras que el 55% SÍ CONFÍA en que el Presidente Nicolás Maduro pueda resolverlos.
62% se inclina por hacer más eficiente y productivo el modelo socialista. La mayoría respalda el modelo de inclusión social, de igualdad, respeto y emancipación.
Pero por qué a pesar de las graves dificultades económicas que afectan a la mayoría de los venezolanos, el Gobierno Bolivariano mantiene significativos porcentajes de aceptación y respaldo, muy por encima de cualquier otra opción.
Podríamos comenzar afirmando que es debido a que la Oposición sigue sin perfilarse como una opción. Mientras que el Presidente Maduro representa la alternativa de la nueva etapa.
La oposición tampoco cuenta con un liderazgo renovado, con una propuesta superior vinculada con las nuevas expectativas de orden y progreso, y mucho menos está conectada con el sentimiento nacional-popular.
No se puede conducir una sociedad que no se entiende y que no se siente.
Más allá de la gestión de gobierno y de su oferta de futuro, la fuerza del chavismo tiene que ver mucho con sus fortalezas emocionales, con su cercanía, su memoria y su identidad social, con sus narrativas, símbolos y su estética popular.
La próxima elección presidencial será principalmente una batalla de emociones, también una contienda entre diversas propuestas de bienestar económico.
No ganará el más digital sino quien mejor entienda la naturaleza humana y emocional del voto.
Somos lo que sentimos repetidamente, como los latidos del corazón. El Chavismo es lo que fue, lo que es y lo que debe seguir siendo.