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“Un combate militar en tierra requeriría mucho esfuerzo logístico y millones de dólares que Venezuela no tiene. Una guerra desangraría a Venezuela desde un punto de vista económico, porque no tiene nada que ver”, opinó el economista José Guerra. El también economista Manuel Sutherland consideró que su país necesita de un “crecimiento explosivo” de su economía en otras condiciones, no entre tensiones militares, descontento popular ni incertidumbres. Venezuela necesita “un milagro” económico y una transición política, no una guerra, dijo

El gobierno de Nicolás Maduro dice tener millones de tropas, poderío militar y un sistema antiaéreo eficiente para contrarrestar un eventual ataque armado de Estados Unidos entre acusaciones de que su poder político lidera un cartel del narcotráfico “terrorista”.

Sin embargo, ¿tiene suficiente dinero para costear una guerra de largo aliento con Estados Unidos tras años de crisis económica y duras sanciones extranjeras? Expertos consultados por El Nuevo Herald lo dudan, calificando como “gravísimas consecuencias” que tendría un duelo armado con el ejército más poderoso del mundo en una de las economías más atribuladas de los últimos años.

El Departamento de Estado publicó en la Reserva Federal la noche del domingo la designación oficial del “Cartel de los Soles” como una organización terrorista extranjero (FTO).

La Casa Blanca afirma que Maduro lidera ese presunto cartel y que es un gobernante “ilegítimo”. Esa clasificación permitirá a Estados Unidos tener “un montón de nuevas opciones” para enfrentar al supuesto cartel, dijo hace días el secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth.

La Cancillería venezolana tachó esa denominación como una “nueva y ridícula patraña” del secretario Marco Rubio y afirmó que el Cartel de los Soles es “inexistente”.

El presidente Donald Trump ordenó desde agosto el despliegue de una fuerza naval y militar en el Mar Caribe que incluye al portaviones USS Gerald Ford y miles de tropas, y que Caracas interpreta como una “amenaza” de guerra y una excusa para derrocar a Maduro por la fuerza.

Tanto Maduro como el ministro del Interior, Diosdado Cabello y el general y ministro de Defensa Vladimir Padrino López, dan por sentado que Estados Unidos fracasará en sus planes, anticipando una resistencia popular a favor del chavismo.

Expertos en economía advierten que el gobierno de Maduro podría no tener los suficientes recursos para soportar una larga guerra con un ejército como el de Estados Unidos tras años de agudos problemas económicos que han afectado los ingresos de la población.

La economía venezolana es “estructuralmente pobre” y acumula “muchas distorsiones y desigualdades” desde que Maduro asumió el poder en 2013, explicó un economista miembro de una firma consultora en Caracas, que prefirió reservar su identidad por razones de seguridad.

La policía política del Estado detuvo a un grupo de economistas venezolanos entre mayo y junio, en medio de los informes de esos expertos y sus firmas sobre el mal curso de la economía. Venezuela ha vivido serias turbulencias económicas en los últimos 12 años.

El gobierno de Maduro experimentó entre 2017 y 2021 un ciclo de hiperinflación sin precedentes y acumuló una caída del producto interno bruto cercana a los 80 puntos en sus primeros 7 años de gestión. El país suramericano se encuentra además en default desde 2017 al no poder pagar los compromisos de su deuda externa, estimada extraoficialmente en unos $164.000 millones.

Esos impagos incluyen a acreedores privados y socios estratégicos, como Rusia y China.

El economista consultado afirma que los indicadores de la economía venezolana se mantienen “planos” este año, pero alerta que el nivel de perjuicio económico de un “choque militar extranjero” dependerá de la amplitud y duración de las eventuales operaciones bélicas de Estados Unidos.

“La de Venezuela es una economía que tiende a responder muy mal a choques externos. Incluso cualquier choque interno genera un efecto cadena que eleva la volatilidad” y podría afectar la capacidad del Estado venezolano para costear una defensa estratégica a largo plazo, valoró.

El gobierno ha celebrado lo que llama una recuperación económica en los últimos años y dijo este mes que sus finanzas están “imperturbables” ante el despliegue militar en el Caribe.

El Fondo Monetario Internacional y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han proyectado una inflación superior a los 260 puntos este año para Venezuela, de las más altas del mundo, mientras la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) le asigna mejores perspectivas de crecimiento, que cerraría con un positivo 6 %.

José Guerra, economista venezolano y exdiputado a la Asamblea Nacional de 2015, subrayó que Venezuela se enfrenta a una situación “complicada” porque no recibe divisas extranjeras por petróleo, sino pagos a través de criptoactivos. La producción de petróleo venezolana es de alrededor de 1,1 millones de barriles diarios, según cifras oficiales.

Desde agosto pasado, dijo Guerra, hay un “fuerte gasto público” en Venezuela para movilizaciones de apoyo popular a favor del gobierno y operaciones logísticas para preparar sus Fuerzas Armadas.

“Un combate militar en tierra requeriría mucho esfuerzo logístico y millones de dólares que Venezuela no tiene. Una guerra desangraría a Venezuela desde un punto de vista económico, porque no tiene nada que ver”, dijo al Herald.

Guerra recordó que Venezuela está prohibida en el mercado internacional militar y que necesitaría a sus aliados para reabastecer armas, repuestos y munición, entre ellos Rusia, China, Irán o Turquía. Debido a su gran deuda externa, “nadie va a prestar a Venezuela para comprar armas”, insistió.

Venezuela ocupa la posición 50 en una lista de 145 países clasificados mundialmente según sus capacidades armadas, elaborado por la firma consulta en seguridad y defensa Global Fire Power.

El país suramericano destina unos 4.000 millones de dólares a su seguridad y defensa, mientras que Estados Unidos, que lidera el ranking, invierte 895.000 millones de dólares.

Según Maduro, Venezuela ejercería “la fuerza de David contra Goliat” para defenderse de un eventual ataque armado de Estados Unidos. Buena parte de su confianza radica en los miles de millones de dólares gastados por el gobierno anterior de Chávez y su propia administración en comprar -y reforzar- a Rusia decenas de aviones caza, helicópteros, tanques, y miles de fusiles y municiones, así como pagar por el adiestramiento de sus tropas.

Esta semana hubo informes no confirmados de más de una docena de aviones de combate, entre ellos los Sukhois-30 rusos, volando en formación sobre el estado venezolano de Aragua para un próximo desfile en el Día Nacional de la Fuerza Aérea, este jueves.

La cifra de gasto militar de Estados Unidos es “unas 10 veces mayor” que el producto interno bruto de Venezuela, según el economista, doctor y profesor del Doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Manuel Sutherland.

“Ni Venezuela ni ningún país de América Latina tiene esa capacidad de hacerle frente a unas tropas que están en casi todos los conflictos del mundo”, dijo el experto.

De acuerdo con firmas como Flobal Fire Power y el International Institute for Strategic Studies o Instituto Internacional para Estudios Estratégicos, IISS en inglés, Venezuela tiene entre 109.000 y 123.000 soldados activos, así como unos 200.000 miembros de “grupos paramilitares”.

Esos reportes, así como los informes de NGOs venezolanas como Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, advierten que se basan en cifras estimadas debido a que no están disponibles precisiones sobre esos gastos de manera oficial. Maduro y sus colaboradores también depositan buena parte de sus esperanzas en una milicia creada hace años por Chávez y que tendría unos 8,2 millones de miembros, según el gobernante.

También se ha jactado de tener 5.000 unidades de un sistema antiaéreo conocido como Igla-S, pero especialistas cuestionan cuán deteriorados pueden estar esas unidades e incluso cuán efectiva es el adiestramiento de sus operarios, ni decir de la escasa experiencia en combate.

Un acuerdo político en vez de la guerra Venezuela ocupa el puesto 12 de la lista de países con mayor número de fuerzas paramilitares, siendo superada por Bangladesh (6,8 millones), India (2,5 millones), Cuba (1,1 millones) y China (625.000), y al nivel de Rusia (250.000) e Irán (220.000), según el índice de Globe Fire Power.

Sutherland, quien se autodefine como un “pacifista” y acotó que el pueblo venezolano no aspira a una guerra sino a una transición política organizada que respete la voluntad popular expresada en las elecciones presidenciales de julio de 2024, destacó que los aliados del gobierno de Maduro también tendrían “dificultades” para auxiliar a Venezuela en caso de una agresión extranjera.

“Hay montones de deudas con los iraníes, los chinos, los turcos. Estos aliados muy probablemente están en dificultades, están muy lejos geográficamente y no tengan capacidad para ayudar militarmente al gobierno”, expresó el economista.

La crisis económica “no ha sido superada” en Venezuela a pesar del crecimiento importante que tuvo “en forma de rebote” entre 2022 y 2024, antes de las elecciones presidenciales, acotó. Sutherland consideró que su país necesita de un “crecimiento explosivo” de su economía en otras condiciones, ya no entre tensiones militares, descontento popular ni incertidumbres. Venezuela necesita “un milagro” económico y una transición política, no una guerra, dijo.

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