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La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, aseguró el martes que su país «no será utilizado por Estados Unidos para lanzar ataques contra Venezuela», en medio de crecientes tensiones en el Caribe.

La declaración se produjo durante una rueda de prensa en su residencia de Glencoe, tras las críticas del ex primer ministro Keith Rowley, quien cuestionó la postura de Trinidad y Tobago frente a la presencia militar estadounidense en la región y los ejercicios conjuntos con la Fuerza de Defensa local.

“El territorio de Trinidad y Tobago no se utilizará para lanzar ataques contra el pueblo venezolano. Somos un Estado soberano y nuestra política exterior prioriza los intereses nacionales”, indicó la mandataria.

Asimismo, destacó que el país continuará apoyando iniciativas internacionales para combatir el narcotráfico y el tráfico de armas en la región, «sin comprometer la paz con Venezuela».

Persad-Bissessar subrayó que, aunque Rowley tenía derecho a expresar su opinión como ciudadano, «los hechos eran claros». Dijo que, bajo la administración de Rowley, «se había firmado un acuerdo que permitió la cooperación con el ejército estadounidense en entrenamientos«, pero enfatizó que esto «no implicaba autorización para ataques contra Venezuela».
Reacciones

El ministro interino de Asuntos Exteriores y de la CARICOM, Barry Padarath, y la ministra de Obras Públicas e Infraestructura, Jearlean John, respaldaron las declaraciones de la Primera Ministra y calificaron las críticas de Rowley como una «búsqueda de protagonismo político». Padarath señaló que el gobierno de Persad-Bissessar había mantenido un enfoque activo en las relaciones bilaterales con Estados Unidos y Venezuela, y que la oposición no aportó argumentos nuevos sobre la soberanía del país.

John agregó que las declaraciones de Rowley «carecían de relevancia» y que el ex primer ministro debía «buscar otras ocupaciones tras su derrota electoral». Ambos funcionarios enfatizaron que Trinidad y Tobago «mantendrá su soberanía y no se involucrará en acciones que afecten al pueblo venezolano».

Por su parte, Rowley negó haber firmado algún acuerdo que autorice operaciones militares estadounidenses contra naciones vecinas. El exmandatario explicó que el Acuerdo de Estatus de Fuerzas (SOFA), vigente desde 2007 y actualizado en diciembre de 2024, regula la presencia temporal de personal militar estadounidense en Trinidad y Tobago y los ejercicios conjuntos, pero no compromete al país a intervenir en conflictos externos ni a violar la Carta de la ONU.

“Cualquier participación futura en un conflicto entre EE. UU. y Venezuela será decisión exclusiva del gobierno actual”, recalcó Rowley, recordando la política histórica de no intervención de su partido y la necesidad de mantener el Caribe como una zona de paz.

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